La migración venezolana en Perú ha traído consigo desafíos, pero también oportunidades para fortalecer nuestra sociedad. El proyecto “Nuestros Espacios Seguros”, implementado por Terre des Hommes Suisse y Quinta Ola con el apoyo de la Cooperación Alemana (GIZ), es un ejemplo inspirador de cómo la solidaridad y la empatía pueden transformar vidas. Este proyecto buscó crear entornos seguros y libres de violencia, xenofobia y discriminación para adolescentes y jóvenes peruanos y venezolanos en Lima, Callao, Madre de Dios, Cusco y Lambayeque.
En un país donde la xenofobia y la discriminación aún persisten, es esencial recordar que cada migrante trae consigo una historia de esperanza y resiliencia. Las y los adolescentes venezolanos, en particular, enfrentan múltiples vulnerabilidades, desde la falta de acceso a educación y salud hasta la violencia de género y el acoso escolar. “Nuestros Espacios Seguros” trabajó para cambiar esta realidad, promoviendo el bienestar físico, emocional y social a través de metodologías lúdicas, arte y creatividad, y el fortalecimiento de capacidades.
Las acciones del proyecto incluyen talleres de empoderamiento, acompañamiento psicosocial, y campañas públicas que fomentan la integración cultural y la convivencia pacífica. Historias como la de una adolescente venezolana de 16 años en Madre de Dios, quien encontró en los talleres de “Chamas en Acción” un espacio seguro para aprender y alzar su voz, nos recuerdan la importancia de estos esfuerzos. Ella ahora se siente empoderada para defender sus derechos y los de otras jóvenes en situaciones similares.
Es crucial que nuestras comunidades educativas se conviertan en bastiones de inclusión y respeto. En este sentido, “Nuestros Espacios Seguros” ha logrado sensibilizar a más de 2000 estudiantes sobre la importancia de la empatía y la convivencia pacífica, transformándolos en agentes de cambio. Estas jóvenes no solo adquieren conocimientos, sino que implementan proyectos educativos que promueven la integración y combaten la xenofobia.
La participación de líderes comunitarios y la articulación con gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil son pilares fundamentales del proyecto. En Lambayeque, por ejemplo, líderes y lideresas realizan actividades informativas en mercados y ferias, sensibilizando a la población sobre la convivencia pacífica y la prevención de la violencia de género.
Cada uno de nosotros tiene un papel vital en la construcción de un Perú más justo y solidario. Es momento de abrir nuestros corazones y nuestras comunidades a quienes buscan un nuevo comienzo. Los adolescentes venezolanos, con su valentía y sueños, nos inspiran a ser mejores. Hagamos de nuestras familias, escuelas y comunidades espacios seguros donde todos, sin importar su origen, puedan vivir libres de violencia, xenofobia y discriminación.
Unámonos en esta noble causa y trabajemos juntos por un futuro donde la solidaridad y el respeto sean los cimientos de nuestra sociedad. “Nuestros Espacios Seguros” es solo el comienzo. Sigamos construyendo puentes de esperanza y entendimiento.